#TodossomosDylan

La figura del líder ha sido un tema que ha rondado nuestras discusiones y lo que significa esta figura en el mundo del espectáculo político. Esta vez, pensando en la figura del Subcomandante Marcos y mientras leía su último acto, pensaba mucho en la resonancia que tienen su palabras para una América Latina convulsionada de la actualidad. Su lucha es una lucha que hoy aún existe en Chile, Colombia, etc.: “La guerra de arriba, con la muerte y la destrucción, el despojo y la humillación, la explotación y el silencio impuestos al vencido (…) “Era y es la nuestra, como la de muchos y muchas de abajo, una guerra por la humanidad y contra el neoliberalismo..”. Algo muy similar es lo que señala Diana Taylor hacia el final de su artículo, pensando en el eco que tiene la figura de Marcos en las protestas en las calles del pueblo, que hoy son tan relevantes: “Much like Che, he may come to epitomize the idea of the heroic figure of anti-imperialist armed struggle from the periphery of the mountains and the jungles that has now given way to collective protest on the streets of major cities around the world”.

Pero así como lo menciona él, no se trata de pensar el movimiento zapatista desde una figura individual en particular, sino en un nosotros, en el que todos somos Marcos (o no). Siguiendo con el artículo de Taylor: “Marcos” was always collective—never a singular “I.”. Lo que Marcos representa no es la encarnación de un héroe a quien adorar, es un proyecto entero, “Marcos” as a meme has the force of an idea—resistance, rebellion, trans-boundaries (…) He was able to personify the thoughts and priorities of a movement far older and greater than he was.”, remarca Taylor.

Para conectar lo anterior con la entrevista a Ricardo Domínguez, en sus palabras se puede dar un ejemplo de cómo la repercusión de este movimiento se concreta en la realidad y se reproduce así mismo como un movimiento colectivo demandando justicia, resistiendo: “we have this network that happened within a few days. The New York Committee for Democracy in Mexico started doing encampments in front of the Mexican consulate”, primero así en la calle, pero que también le permitió a Domínguez (casi como un visionario) la resistencia desde el espacio digital: “And I did a piece on electronic civil disobedience and intergalacticos, and I was able to take them to our thing.net office to show them the beginning prototype of electronic [disturbance theater].”

Lo anterior, nos lleva finalmente al trabajo de Jill Lane, en el que la autora reconoce los alcances que puede llegar a tener una protesta digital: “Because a cyber-protest usually involves thousands-even hundreds of thousands-of participants, the system will begin to repeat and re- write the poem at incredible speed, composing and recomposing the fragmented world of the Zapatistas in its very own system”. Este alcance, el ‘engagement’ del que habla Lane, es hoy aún más fuerte y efectivo con la aparición de ‘Social Media’. Volviendo a la América Latina convulsionada, y particularmente me refiero a la situación reciente de Colombia, si no fuera por la reproducción de videos de miles de participantes, protestando y resistiendo, jamás podríamos tener acceso a un acercamiento real al abuso por parte de la policía y el Estado. Y si todos somos Marcos, ahora el HT que es tendencia en Colombia es #TodosSomosDylan, un estudiante al que las fuerzas represoras del Estado Colombiano le disparó mientras protestaba pacíficamente este fin de semana.